sábado, 31 de marzo de 2012

NOTAS ICONOCLASTAS… II

A continuación algunas reflexiones desordenadas de un Núcleo de Esclavos Modernos Encolerizados sobre la vida cotidiana impuesta por el histórico sistema capitalista de producción.[1]
Algo sobre el desarrollo del capital…

Mientras más se ha desarrollado la industria, las mercancías cada vez valen menos, porque necesitan menos fuerza de trabajo… la industria está obligada a tecnificarse… esto en concreto significa que las empresas están en constante competencia por adueñarse de los mercados, por tener mayores ganancias, por monopolizar los territorios de consumo. Pero al desarrollar su tecnología estas empresas hacen que sus mercancías valgan menos (ya que tienen menos trabajo humano), y por lo tanto necesitan vender más y más y más… y pagar menos y menos y menos a los proletarios. Es una cadena sin fin, donde el resultado se manifiesta en la sobreproducción incesante de mercancías y el abaratamiento del salario de un esclavo moderno, o trabajador si eres más light.  En un primer momento la clase asalariada producía con el fin de enriquecer a los burgueses, los burgueses que controlaban, en cierta medida, el capital necesitaban esclavos productores, sin más. Estos proletarios en lo material sentían y vivían implícita y explícitamente su condición real de clase, barrios obreros, barrios burgueses, casas, vestimenta, comida, ropa, lugares de distracción, bebidas, medios de comunicación, derechos, deberes, toda una vida manifiestamente antagónica a la de los capitalistas. En la actualidad el capital controla a la burguesía, el mercado tiene vida propia, exige, demanda, abre y cierra negocios, transacciones, etc., necesita que esa inmensa masa de productores esclavizados también pueda consumir las mercancías que han fabricado. De ser esclavos asalariados (en teoría y práctica) hemos pasado a ser esclavos en práctica, pero ya no en teoría, ya no en pensamiento, ya no en consciencia, ahora somos ciudadanos-consumidores. Este fundamental cambio en el proceso de existencia del sistema capitalista ha creado en los miles de miles de millones de asalariados la idea de una falsa libertad, de una falsa igualdad, de una falsa vida, de una falsa identidad y de una falsa autonomía.
Cuánto cambio puede haber en nuestras consciencias desde el momento en que consumíamos en forma y fondo las migajas de la burguesía, ropas hechas a mano, en talleres, por sastres del barrio, productos rudimentarios, herramientas atrasadas; ahora compramos todo en el supermercado, vamos a donde van nuestros explotadores, podemos tener una zapatilla, un televisor tan igual como nuestros amos.
El Estado y su omnipresencia…
El Estado, instrumento de dominación y explotación del capital, ha ingresado a ser parte integrante de todo lo que queramos o no queramos hacer, el estado impone los valores, la forma de vida, controla nuestra aprendizaje, nos implanta la noción del dinero, de la patria, del consumo, nos premia, nos alienta, nos ayuda a mantenernos obedientes, crea una vida ordenada, a las exigencias del mercado, nos cuida de los que violentan la propiedad privada, porque nos la ha santificado previamente, nos cuidan contra los que van más allá de la moralidad, porque ellos nos han implantado su forma metafísica-idealista de pensar y sentir. El Estado ha robado los días que fueron símbolos de nuestra insurrección situacional, de nuestra rabia callejera, de nuestra vida real, y los ha convertido en fiestas, en celebraciones, vacías y espectaculares. El estado ha tomado los nombres de nuestros hermanos caídos en combate para hacer de ellos añicos sus verdaderas intenciones, deformándolos, negándolos, ocultándolos o mistificándolos… El Estado obedece a las necesidades del capital, son parte de lo mismo… el sindicato es prueba fehaciente de ello, del apoderamiento del Estado de una organización de lucha proletaria… ahora es un instrumento más que sirve para mediar el conflicto, para apaciguarlo, todo sindicato está bajo las leyes estatales, y su forma organizativa como tal es una repetición de esta vida jerarquizada por el poder de clases. Documentos de Identidad, defensa de una bandera, leyes contra la traición a la patria, idealización de tu pertenencia a un territorio, rivalidad ficticia contra otro país o región… el Estado necesita enraizarse en la vida diaria, ya no solamente es el ente represivo y justificador del Capital, ahora también es el ordenador de la vida y el impulsador de las costumbres, valores e imágenes que quiere imponer el sistema.
¿Ciencia revolucionaria?
Toda expresión de “conocimiento”, por ejemplo las ciencias, nos muestran un conocimiento sistemático, objetivo y reducidamente real sobre un hecho o fenómeno concreto. Pero esa explicación nunca se asocia a nuestra forma organizacional de vida, de existencia, a la sociedad dividida en clases. La ciencia podrá explicar por qué y cómo pasa un fenómeno (físico, químico, biológico, hasta incluso “social”, etc.) pero esta explicación nunca partirá del hecho que el mundo está gobernado por el dinero, por el capital, y que esta dictadura del Sistema Mercantil ha generado clases antagónicas… en conclusión la ciencia nos da la apariencia de ser neutral, humana, de todos los hombres y mujeres; cuando sabemos bien que existimos hombres que tenemos las manos atadas, la cabeza bajo botas y la vida asalariada impuesta. La ciencia solo justifica nuestra vida bajo el capitalismo, hablándonos como si no pasara nada, como si este mundo no se agusanara de podrido. ¿A quién le sirve el conocimiento científico? A nosotros en nuestro intento de romper con las cadenas de la esclavitud o al sistema que impone su mundo “libre”, su mundo neutro, su mundo “igualitario”, donde cada quien es lo que quiere ser y hace lo que quiere hacer.
Lo mismo sucede con la comunicación, la cultura, la filosofía, las costumbres “típicas”, todas esas expresiones, solo se mueven en base a las necesidades del sistema, repiten y justifican las supuestas identidades, las supuestas autonomías, las supuestas libertades que tenemos aquí, bajo el Euro, el Dólar, el Sol y el Peso.
Vivimos en base al espectáculo…
La consciencia de tu situación real de esclavitud empuja a luchar con todas tus fuerza, a la abolición de tu situación miserable en la sociedad; la consciencia que imparte la burguesía y el capital es la de una vida en libertad y dignidad, donde tú eres el dueño tu vida y por lo tanto debes seguir el camino ya marcado previamente: cumplir tu rol de hijo, de metalero, de obrero, de oficinista, de peruano, de sudamericano, de latino, de racista, de activista, de rebelde, de cinéfilo, intelectual, de “fresa”, de fiestero, de joven, etc. Eso te da la ilusión de que tienes nombre y apellido, de que eres un bello y único copo de nieve, diferente al resto, sin importar ni un comino, que el sistema se caga en ti, vive de ti, te utiliza se mofa, haciéndote su máximo defensor o justificador. Tu ser real de esclavo, de oprimido, de reproductor de esta vida al servicio del dinero, es envuelta en millones y millones de imágenes, puede ser un tiempo “emo”, como otro tanto “hippie”, lo que importa es que lo creas y no irrumpas ante la propiedad privada y demás condiciones para nuestra situación de miseria.
El capital necesita millones de hombres trabajando día y noche, a lo largo y ancho del globo, pero necesita también que estos millones de hombres asalariados no critiquen, no protesten, no destruyan y se mantengan en pasividad. Lo que nos dice muy bien “V” de la forma más simple e insulsa posible… nosotros no deberíamos tener miedo a los que nos gobiernan, sino ellos deberían temernos (algo así). Recordemos las conversaciones que tenemos diariamente, hablamos y hablamos, dialogamos sin parar con la pareja, con la familia, con los compañeros del colegio, del trabajo, del barrio, con los amigos de tiempo, con los parientes lejanos, por facebook, por msn, por celular, qué decimos, de qué hablamos: cómo vamos en los estudios, cómo va el trabajo, cómo va la familia, cómo van nuestras compras, las novedades en las tiendas, los sitios de moda, los conciertos, las fiestas, las chicas, los chicos, el problema de salud de el tío o de la abuela, … en casos más jodidos, del cansancio del trabajo, del mal gobierno de derecha (o izquierda), de la falta de dinero, del profesor que nos reprobó, del aumento que no tuvimos, y en el caso más radical… de la movilización sindical de mañana, del problema en Irak o en España, del Imperialismo norteamericano, del sub-desarrollo, etc.… Todo esto es sólo una ilusión, nada de esto es real, estas conversación no son nuestras, no hablamos conversamos para destruir nuestra esclavitud sino que la dejamos en alguna parte del cerebro, encerrada, olvidada, no queremos saber, no queremos oírnos, no queremos ser conscientes de lo que pasa realmente… como dice la película… Una esclavitud voluntaria…
Lima, 29 de marzo de 2012
Contacto: comitedeurgencia@gmail.com


[1] Cansados, jodidos y principalmente dispuestos a morir antes de seguir siendo esclavos, hemos redactado este borrador en base a unos textos sobre algunas posiciones sueltas de la Internacional Situacionista. No hemos corregido nada, esperando sirva como inicio para la reflexión sobre nuestra situación de esclavitud asalariada y principalmente sirva como contribución al ataque real anticapitalista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario